¿Ya te comiste todas las uñas de las manos y estás queriendo volver a tener
la elasticidad de la infancia para poder comerte también las del pie?
Estás ansioso. Es lógico, llega fin de año y en todos lados nos presionan
para “cerrar” bien cada una de las actividades que emprendimos, desde el año
laboral, de estudio, hasta el taller que arrancamos para distraernos de las
obligaciones quiere preparar la “muestra de fin de año” convirtiéndose en una
obligación más. A mi me pasa que a veces las cosas se me superponen y paso
muchos nervios antes de decidir que hacer, me paralizo por temor a expresar
esas complicaciones, porque no quiero quedar mal con nadie, quisiera cumplir
con todos, pero evidentemente el cuerpo no me da para estar en más de un lugar
al mismo tiempo.
¿Qué es la ansiedad?
“Es una
respuesta psicológica, fisiológica y conductual que surge ante las demandas
externas”.
Frente a la ansiedad:
- - Se puede entrar en pánico y quedarse detenido sin saber para donde correr.
- - Se la puede intentar encauzar y accionar al respecto de eso que nos provoca ansiedad.
Si un problema en particular nos provoca ansiedad la mejor forma es
resolverlo o –si no es tan sencillo de resolver- EMPEZAR a resolverlo, para
sentir que estamos en el camino de solucionarlo. Entiendo que hay problemas de
índole muy diversa, por eso hay algunos que solo podemos accionar en un pequeño
estadío del mismo para al menos sentir que no estamos escondidos bajo la cama,
sino que aunque de a poco, estamos enfrentándolo y haciendo algo al respecto.
Otros quizás son de más rápida solución pero que de todos modos son muy pesados para
nosotros por la carga emocional que nos implica: levantar el tubo del teléfono
y marcar el número de una persona con la cuál tenemos un conflicto es algo que
puede resolverse en minutos pero que nos puede costar meses de acuerdo a lo mal
que nos sintamos respecto a esta situación. Yo creo que la acumulación de estas
pequeñas cosas (llamar a esa persona que nos conflictua, una tarea que no
resolvimos, un evento que se aproxima y nos tensiona, el examen que se viene,
esa visita al médico que seguimos postergando…) todo eso en suma es lo que hace
que de a ratos estallemos en un ataque de ansiedad porque ante tantas cosas no
sabemos por donde empezar a resolver. Y lo peor de esta sensación es que nos
paraliza, porque uno esta como tironeado de varios hilos que tiran hacia
diferentes lados entonces no avanza para ninguno y se queda inmóvil y asustado
sin saber que hacer.
Se me ocurre como ejercicio que podemos hacer una lista de esas cosas que
nos provocan ansiedad. Tomarnos el tiempo de escribirlas. Y repito: tomarnos el
tiempo. Porque la ansiedad también tiene que ver con la vida acelerada que
llevamos donde queremos abarcarlo todo pero al final no resolvemos nada. ¿En
cuando tiempo almorzaste hoy? ¿Cuánto tiempo le dedicaste a escuchar a esa
persona que vino a contarte un problema? La última vez que
agarraste un libro (no de estudio sino por placer) ¿Cuánto tiempo estuviste
leyendo? Sí tus respuestas te hacen pensar que estás demasiado apresurado para
todo quizás sea momento de reflexionar y reorganizarte.
Otra clave para este momento del año: Establece prioridades. A esta altura
del año ya no vas a poder resolver toda tu vida e intentarlo no va a hacer más
que tensionarte. Pensa con sinceridad cuál es tu objetivo más urgente, eso que
tenés que resolver sí o sí (aprobar ESA materia, conseguir ESE trabajo…). Toma
conciencia de ello y enfoca tus energía ahí y permitite no cumplir a la
perfección las demás cosas. Si lo que tenés es que aprobar el exámen de fin de
año podes “perdonarte” el hecho de faltar a tu clase de gimnasia. Y ojo, lo que
digo no es que dejes todas tus actividades, sino que reflexiones
conscientemente de tus capacidades y seas realista con el uso del tiempo. No
podes estar siempre en todo (aunque es la falsa idea que quiere vendernos la
tecnología últimamente, de estar en todos lados al mismo tiempo, de estar
siempre “conectados”*) así que enfócate en las cosas que sean más
importante para no arrepentirte después. A todos nos pasa lo mismo y van a
saber comprenderte si explicas que estás preparando tu tesis final y no podes
asistir a tal evento o si necesitas estar solo para poder concentrarte en el
trabajo que tenés que entregar.
Hoy la merienda nos la tomamos con tiempo para la reflexión, para charlar
con nosotros mismos, desacelerarnos y enfocarnos en lo importante. La ansiedad
no es más que todas esas cosas que tenemos anotadas en la
agenda, remarcadas, subrayadas, resaltadas con colores fosforecentes…. ¡no
saben más que hacer para llamar nuestra atención! Pero cerrémosla un momento
para estar tranquilos y pensar. Les propongo que piensen una cosa por vez, que
si mañana tienen un evento importante se concentren para eso y no tengan en la
cabeza las actividades del próximo fin de semana. Piensen en su cabeza como una
computadora en la que si tienen todos los programas abiertos se cuelga y dice
“el programa no responde”, así estamos nosotros cuando queremos abarcarlo todo
y al final no abarcamos nada. Una cosa por vez y para cada cosa su tiempo.